Siempre nos preocupamos en cosas que en realidad no tienen importancia, cuando de verdad hay cosas que te derrumban la vida en un segundo, y solo se echan en falta cuando ya no están, cuando la vida ya no merece vivirla, ahí es cuando te das cuenta, de lo egoísta, que se puede llegar a ser, pero no es culpa nuestra, somos personas humanas, por eso lo que más nos destroza es por lo que menos nos preocupamos cuando lo tenemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario