Y bajar la mirada, al oír tu nombre.
Desconocer a lo que más conozco, apagar la luz de mi habitación y meterme en la cama hasta que pase la tormenta, ir a clase para mirar tu sonrisa y sentirme culpable de no hacerla grande día a día, por la noche mirar hacia el cielo, a ver si las estrellas me conceden ese deseo, ver lo perfecto en la realidad y soñar cada día más, de momento bajar la mirada al oír tu nombre.
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